Cóctel de Giga y charlestón.
Fiesta, sexo, alcohol y drogas;
Nada que perder y mucho que ganar.
La fuerte y pegadiza música inunda el lugar.
La vida es solo el tiempo que tienes para disfrutar.
Locura. Solo se define como locura. Saltar más alto de lo
que nunca podrás llegar realmente.
Risas. Risas maniáticas, risas alegres y borrachas invaden
al completo la sala asfixiante de la discoteca en la que un ritmo bravo y
energético hace mover al compás los corazones de los jóvenes que bailan como
pueden en espacios mínimos.
Es tal el calor que muchos se refrescan duchándose con fría
sangría que tinta sus morenas pieles playeras y que actúa como sustituto del
agua.
Beben como si les hicieses tragar con un embudo. Pierden el
conocimiento y solo ven una ilusión de colores flúor que se inyecta en su
cuerpo, haciéndolos irradiar tonos radiactivos. Se entremezclan bocas con
fuerte sabores de mojitos y caipirinhas sabrosas frutales. El hielo se
desparrama como rocas cayendo precipitadamente por una ladera por los cuerpos
de los jóvenes.
Algunos intentan soportar su propio peso tirándose a los
sofás abarrotados de la sala. Es prácticamente imposible no encontrar un rincón
de las diferentes plantas en las que no se encuentren dos dementes dando rienda
suelta a su pasión o al placer del momento.
Todo parece dar vueltas en sus cerebros: las brillantes
bolas de discoteca parecen la luna de su mundo utópico, el dolor se extingue
completamente y cada vez más a cada sorbo de alcohol…
Se puede observar la extrema sensualidad y lujuria que hay
en la escena con brillantes lentejuelas de mil ojos que observan todo, signos y
gestos provocadores que hacen derretirse a cualquiera de la habitación,
tachuelas que simbolizan fuerza o los despampanantes cuerpos que bailan sin
control ninguno entremezclándose, lamiéndose como se disfruta con un caramelo o
una piruleta y mordiéndose con un fuego abrasador como hienas que desgarran a
su presa indefensa antes de comenzar a reírse febrilmente y volver a empezar.
Apenas se ve, los jóvenes palpan a tientas, sin importarles
lo que se les venga encima, van con el único propósito de olvidar todo y
disfrutar hasta que Ella venga a por ellos y los lleve a su mundo sin retorno,
pero hasta ese momento bailarán y beberán; se alimentarán del ritmo que beben y
se emborracharán de lo que escuchan, saborearán todos los placeres más
terrenales con la fuerza y la pasión que tiene las olas oscuras al chocarse
bravamente contra los acantilados del delirio….
Algunos perecerán en medio de su propia locura, miles de
voces inundarán sus oídos atrofiados haciéndolo insoportable….pero morirán en
la gracia de saber que estaban pasándoselo de miedo en medio de una pesadilla envenenada
con el jugo de una fruta prohibida, hasta darse cuenta de que han acabado su
vida.
Pero mientras tanto, los otros velarán su cuerpo danzando al
ritmo delirante apasionadamente dejándose caer en los vicios ninfómanos,
alcohólicos, drogadictos y fiesteros…
Danza, salta, vive la vida.
No pares, apenas hay tiempo
Vive el momento.
No pares, el DJ pone nuestra canción.
Camarero, por favor, sírvanos un cóctel de Giga y charlestón.
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