Novia del campo, amapola
que tiñes todo de tu sangre:
la sangre de los obreros del Montosu,
la de los jóvenes franceses de las barricadas
y la de los turcos empalados
que sin gloria descansan.
Un barco fantasma navega
con diez cañones por banda y a toda vela:
su nombre, el de la diosa de las cosechas.
En el fondo oscuro un marinero queda
atravesado ya por el grito de Caribdis y Escila,
bautizado ya por el canto de la sirena.
Ciego estoy, perdido ando
un susurro escucho
¿eres tú, ángel? ¿Eres tú mi salvador?
¡Ayúdame a quitarme estas estacas del corazón!
¡Ya vienes a librarme! ¡Dichoso pez volador!
Viejo soy, solo veo, esos ojos verdes de mi perdicción.
muy interesante..................
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