miércoles, 30 de abril de 2014

DESCENSO

DESCENSO 


Música de piano:
Medicina amarga para corazón herido
Teclas blancas para pensamiento oscuro,
Grave lamento para pluma lívida…

Estrofas que un poeta
Trataría como su vida;
Luminosa amalgama de explosión emocional.

Carámbanos derretidos y secados
Por un sol inlumbrable.
Palabras al salado río
Que caen como hielo quebrado
Entumecidas con lágrimas
De llanto nocturno y claro.

Reflejo al rincón
De la guitarra antigua de otra
Dimensión escondido.

Canción trémula,
[perla.
Color suave,
Sabor azul extendido en un
Arco de flechas de violín,
De sonoridad chocolate y tibia.

Mar y castillo de mi vida

De un poeta muerto.

     

martes, 29 de abril de 2014

Retirado por participacion en concurso

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miércoles, 23 de abril de 2014

¿Para qué sirven las PALABRAS?



¿Para qué sirven las PALABRAS?

Palabras. Tres sílabas partidas, ocho letras apelotonadas. Unos cuantos fonemas constituyen las palabras.
  
    ¿Para qué sirven? Aunque lo parezca creíble tiene muchos cometidos:
Con dos palabras te quiero, pero también te odio. Enseño, describo, dialogo, narro...
Hago muchas cosas con ellas: jugamos al veo-veo, aprendemos las provincias de España, escuchamos los últimos cotilleos de Angelina Jolie, te deleitas con los caprichos de García Márquez y lloras con el dolor de Miguel Hernández.
  
   Con las palabras construimos un mundo, una historia, una torre Eiffel, una ópera.
¡Son tan útiles! ¡Siempre corriendo de una lado a otro, míralas!
En el metro agarradas a los labios para no caerse, en la acera colgando de los móviles, en casa durmiendo en los libros... Tanto escritas como orales me dicen cómo estás, amigas de las emociones, mentirosas como tu cabeza, parlanchinas e inmutables...

  Pero las palabras sirven, sobre todo, para mostrar la vida de esos seros que caminan erguidos desde hace más de tres mil años.
Gritan las injusticias, se pintan marcas de guerra y se suben a las pancartas contra los recortes, mientras otras se repeinan en los micrófonos sudados de Rajoy o de la culta Botella.

  Otros dicen que las palabras no deberían servir más que para fijar el modelo de belleza, y así las maquillan, las visten con fabulosas galas, las perfuman y dejan que nos seduzcan amorosas; solo abriéndonos las puertas de un Edén ficticio que rompe la puerta con la realidad y abre de par en par las ventanas de los sueños, de los que se sabe que son amantes.

  En fin, palabras, queridas amigas, tenéis tantas funciones como tantas de vosotras existen.

  ¿Qué decir, cruel debate? Si para los poetas sois sus musas, sus pinceles y colores; para los profesores su herramienta más natural; para los escritores su Tizona y su Colada, su Rocinante y Platero; para los mentirosos su traje y su capa...

    Y para mí el canto tibio que de mi pluma mana...

Gracias palabras.


FELIZ DÍA DEL LIBRO.


martes, 22 de abril de 2014

Retirado por participacion en concurso

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sábado, 12 de abril de 2014

Gato Mediodía. *




*Nota:  el término "gato" se refiere al gentilicio por el que también se denomina a los madrileños.  Al final de la entrada remito al porqué de este nombre. *2


Porque la Aurora de Nueva York no es la única que tiene cuatro columnas de cieno.

El nublado Mediodía de Madrid se tambalea en muslos gruesos grises también, cubriendo su intimidad con cortinas que raspan el azul enunciándolo y difuminándose con las colinas, las montañas, los pechos seguidos de las amantes a las que pisotea sinvergüenza.

    Y si el filtro se atraviesa, la escena es más amarga: es el lamento melancólico de Atmósfera, herida, que llora granizo que quiebra el alma de la tierra, dura, gritando, estremeciéndose, temblando de frío y de rabia contenida.
Un llanto potente, eficaz, lóbrego, apenado que se estampa contra el suelo de granito.

   Mas es breve. solo quedan algunos lagrimones pesados que se precipitan rápidos.

   Calma ya el deseo agresivo, y es ahora la neblina joven que, asustada, irrumpe cubriendo el horror con una sábana blanquecina que relaja al tenso claro.

El balanceo de los aviolinados pinos completa la euforia abandonada, con un último susurro que anuncia la tarde.




*2 : A finales del siglo XI, el rey Alfonso VI y sus huestes llegaron a las murallas de la fortaleza, que tomaron al asalto escalándolas. Los archivos registran que el ejército de Alfonso VI entró en la villa de Madrid como gatos trepadores. Es por ello que se cree que los castellanos empezaron a recibir el nombre de gatos, unos gatos que ocuparon el centro de la ciudad y desplazaron a los musulmanes hacia los extramuros de la ciudad.
Por la noche todos los madrileños son gatos
Según el libro Viejos oficios de Madrid de Ángel del Río, los madrileños de la Edad Media, además de trepar murallas para asaltar ciudades, acostumbraban a pernoctar en las calles de la ciudad en tiempos de guerra. Se decía que estos tenían bastante habilidad para determinadas actividades nocturnas y las practicaban con frecuencia durante las guerras, acompañados a menudo de unos barriles de jabuco, un licor típico de Madrid fabricado con madroño macerado y aguardiente de anís. Al igual que gatos, los madrileños medievales eran animales nocturnos y dicen las leyendas que por eso adoptaron el nombre del felino.